El mejor taller de la época, dirigido por António de Oliveira Bernardes, produjo una notable secuencia de encargos de azulejos para las cofradías de la Misericordia en Estremoz (1712), Évora (1716), Grandola (c. 1720) y Viana do Castelo (1719-1721).
A pesar de algunas modificaciones, el conjunto de la iglesia de Évora aún conserva la mayor parte de la decoración original. La iniciativa fue dirigida por el arzobispo D. Simão da Gama, quien, al tiempo, era también el presidente de la hermandad. Dando inicio a las obras, en 1710, el arzobispo y el escultor Francisco da Silva firmaron el contrato para el frontispicio dorado de la capilla mayor y los marcos de las paredes laterales de la nave. Estas portentosas obras definieron la nueva configuración de todo el espacio interior de la iglesia.
El conjunto de azulejos y pinturas pretendía componer una especie de manual para el perfecto cofrade de la Misericordia, en armonía con los santos modelos de Jesús y María. Para entender las virtudes de la misericordia presentadas a los miembros de la hermandad, debemos comenzar la descripción del programa en la entrada de la iglesia, en la zona del coro bajo, donde aún existen las inscripciones originales.
Los versículos elegidos están relacionados con el concepto de misericordia en su sentido más profundo, señalando el contrato hecho con el proprio Cristo. El mensaje dirigido a los hermanos de la Santa Casa asocia las obras de commiseración con la salvación: ” Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos recibirán misericordia” (Mateo, 5:7) y “¡Bienaventurado el que se preocupa del pobre! En el día malo lo librará el Señor” (Salmos, 41:1).
Los otros cuatro paneles figurativos representan a los santos eremitas masculinos y femeninos, en una obra cuidada de Policarpo de Oliveira Bernardes. San Antonio Abad, San Pablo Ermitaño, Santa Thais y Santa María de Egipto, revelados en la oración, ignorando las necesidades del cuerpo, son ejemplos de penitencia y respeto por el espíritu.

Como explica el sacerdote João Fonseca, en la obra Escola da Doutrina Christã, la penitencia de los ermitaños puede ser un modelo para las penitencias de misericordia:
Podemos ejercer estas obras de misericordia en beneficio de los muertos de tres maneras: la primera y más importante de ellas es con el Sacrificio de la Misa, diciendo y ordenando que se digan muchas misas por ellos; la segunda es con oraciones; la tercera es con obras de expiación, tales como ayunos, penitencias, limosnas, peregrinaciones y otras obras similares, y la obtención de indulgencias por intermedio de ellos.
Estos paneles de azulejos están coronados, en la parte superior, con emblemas que nos alertan para la importancia de prepararnos para la vida eterna, recordando que no sabemos la hora de nuestra muerte, con la representación de un ataúd y el versículo “Ustedes también estén preparados (porque a la hora que no piensen vendrá el Hijo del Hombre)” (Lucas, 12:40).
En la parte superior de las paredes de la iglesia, solamente dos pinturas que representan las obras de misericordia corporales son del encargo original realizado por el pintor Francisco Lopes Mendes, en 1715. Son ellas: Dar de comer al hambriento, que representa el episodio en que la viuda de Sarepta alimenta al profeta Elías (1 Reyes, 17: 2-6), y Dar de beber al sediento, en que se ve la ayuda que Rebeca da a Eliezer, a sus hombres y camellos (Génesis, 24: 15-21).
Probablemente porque las otras pinturas no eran historias bíblicas fácilmente identificables, solo dos décadas después, otro artista de Évora, José Xavier de Castro, repintó cinco de los siete episodios de las obras corporales de misericordia, con representaciones que tradicionalmente estaban asociadas a los programas de las iglesias de la Misericordia, como podemos ver en la obra Rescate de los cautivos, representada de manera similar en las iglesias de Faro y Silves.
Bajo las pinturas, los azulejos azules y blancos representan varios episodios de la Vida de Cristo, con una expresiva individualización de las emociones de los personajes. Con la calidad sobresaliente de la pincelada de António de Oliveira Bernardes, proporcionan una actualización del programa iconográfico de las iglesias de la Misericordia, con las obras espirituales de misericordia subrayando el compromiso con la salvación de las almas. También revelan a António de Oliveira Bernardes como un buen intérprete de narrativas alegóricas en las que las imágenes coinciden con las palabras sagradas.

Como complemento a este discurso alegórico, en la base de los grandes paneles figurativos, el pintor Teotónio dos Santos, colaborador del taller, representó las obras de misericordia por medio de emblemas. Lamentablemente, el conjunto de azulejos se vio empañado por la introducción de la sillería para el comité de gobierno de la cofradía, probablemente en la primera mitad del siglo XIX.
La característica principal de los programas decorativos del siglo XVIII de las iglesias de la Misericordia fue la elaboración de un discurso completo, con la adición de las obras espirituales de la misericordia, de manera que se expresen todos los matices de la espiritualidade cristiana.
Con el mismo sentido de unidad, variedad y complementariedad de una decoración liderada por los principios del bel composto, la narrativa de las imágenes persigue un ideal de integridad, reuniendo diversos tipos de registros, cada uno de ellos vinculado al discurso principal.
BIBLIOGRAFÍA PRINCIPAL
FONSECA, João da. Escola da Doutrina Christã: em que se ensina o que he obrigado a saber o Christam ordenada por modo de Dialogo entre dous Estudantes hum Filozofo, por nome Marcelino, & outro Theologo, por nome Diodoro com exemplos accomodados às materias, que se tratam dedicada á Purissima Virgem, Glorioza Rainha dos Anjos, maria Santissima Senhora Nossa da Victoria. Évora: Oficina da Universidade de Évora, 1688.
MANGUCCI, Celso. The scripture of images. The didactic narrative of the works of mercy. A “Compromisso” for the future. 500th anniversary of the first printed edition of the Compromisso of the Confraternity of the Misericórdia. Lisboa: Santa Casa da Misericórdia de Lisboa, 2017. ISBN 978-989-8712-60-5.