El capitán español Miguel de Barrios, miembro de la Academia de los Generosos, escribió una pequeña obra de teatro en elogio del conde de Vila Flor, uno de los héroes militares de la victoria portuguesa en las Guerras de Restauración. La acción tiene lugar en el Palacio de la Sabiduría y, para describir las virtudes del propietario, el autor convoca a todos los planetas a la apoteosis final, con la entrada de D. Sancho Manoel entre una lluvia de aplausos:
En hora buena el gran Don Sancho entre/ en los aplausos que le dá la gente./ En su fabrica admirable/ concurrimos con los siete Planetas, que siempre en el/ se compiten igualmente./ Cinthia le dio vigilancia./ Mercúrio ardid eloquente./ Venus gallardia afable./ El Sol franqueza solemne./ Marte valor formidable./ Jove grandeza clemente./ Saturno profunda Sciencia./ Lísia. Mi Reyno dignos laureles./ Sabid[uria]. Y yo en nombre de Miguel/ que a su sombra luzir quiere,/ este alcaçar le dedico,/ porque repita el celeste…/ En hora buena el gran Don Sancho entre/ en el Palacio que a su luz se ofrece.

De manera similar, Valentin Stansel, el astrónomo checo radicado en Portugal, también utilizó los cuerpos celestes para alabar a D. Afonso VI, que seguía las virtudes de sus ascendentes al igual que el Sol seguía las constelaciones del zodíaco:
Digo, como nacido Sol, porque la Excelencia que el Sol nacido tiene en el Cielo, logra el luminoso Astro de Affonso, de pocos tiempos nacido en la Tierra. Nació Sol siguiendo los doce signos Celestes del Zodíaco; nació V. Majestad siguiendo los signos de otro superior Zodíaco; simbolizado en la esfera misteriosa del Imperio Portugués, que son las insignias de Reales virtudes, & ejemplos de los Reyes sus Abuelos entrando por imitación en la jurisdicción de cada uno para los igualar a todos.
Las ideas de orden universal, jerarquía y poder son las principales razones para la elección de la analogía celeste, y en la parte superior del arco triunfal erigido por la comunidad francesa en 1687 en las celebraciones de la boda de D. Pedro II con D. María Sofía, la reina solar fue representada como regente entre los seis planetas virtuosos: Saturno, Venus, Júpiter, Marte, Luna y Mercurio.

En la Quinta dos Marqueses de Fronteira, en Lisboa, los planetas fueron representados dos veces: en la escultura de la terraza y en los paneles de azulejos del jardín.
En los azulejos, Júpiter es el regente de los signos de Piscis y Sagitario y también de ciencias como la astronomía y la música, representadas en las figuras laterales, al igual que en el grabado de Jacob Matham, impreso en 1597. Como en los ejemplos que hemos visto al principio, estas son las cualidades que supuestamente brillan en João Mascarenhas, el primer marqués de Fronteira, propietario de la finca.
BIBLIOGRAFÍA PRINCIPAL
CORREIA, Ana Paula Rebelo. Histoires en azulejos: Miroir et mémoire de la gravure européenne. Louvain: Université Catholique de Louvain, 2005.
CUNHA, António Álvares da. Aplauzos academicos e rellaçaõ do felice successo da celebre victoria do Ameixial. Ámsterdam: Jacob van Velsen, 1673.
NEVES, José Cassiano. The palace and gardens of Fronteira: seventeenth and eighteenth century Portuguese style. 3rd rev. ed. by Vera Mendes and Fernando Mascarenhas. Photography by Nicolas Sapieha. Lisboa: Quetzal Editores, 1995. ISBN 978-0935748987.
STANSEL, Valentin. Orbe Affonsino. Évora: Imprensa da Universidade, 1658.
